jueves, 6 de mayo de 2010

El conformismo venezolano. I parte




En un día agotador si así se quiere, repleto de algunos trajines y conversaciones que me han llevado a realizar mi primera publicación por esta red social.

Hoy en la mañana como de costumbre me dirigía a la universidad, y mientras transitaba por uno de los barrios de mi país, me di cuenta de lo conformistas que somos los venezolanos. Al comienzo de aquella zona un grupo de invasores se hallaban, nos daban la bienvenida a su localidad con un espectáculo inigualable de ranchos muchos con antenas de Directv; sin embargo, lo que más me dejó atónita fue la maraña de cables de luz que salían de aquellas casitas, todo con el fin de robarse la electricidad que nosotros pagamos cada mes. Y si esto fuera poco, este sitio se encuentra ubicado en un lugar tan visible a los ojos de los entes gubernamentales, y estos hacen caso omiso al asunto.

Otro punto que logra que el sentimiento de la furia recorra las vertebras de mi cuerpo, es el hacer una cola kilometrica para adquirir en algún abastecimiento, un kilo de leche. El buscar diariamente y caminar de supermercado en supermercado para conseguir mantequilla es realmente lastimoso. Los racionamientos eléctricos en un país que va en vías de desarrollo es algo ilógico; así mismo, una nación caracterizada por la producción de maíz y no encontramos harina de maíz en los anaqueles no tiene sentido. Los hospitales sin insumos, y las calles con enormes cráteres siendo Venezuela un país petrolero, es absurdo. El salario no alcanza ni cubre siquiera la mitad de la canasta básica, la inseguridad es inclemente y las leyes ni se cumplen.

Estos asuntos que son solo una pequeña muestra de la realidad de nuestro país, han logrado que en mi mente se formaran varias interrogantes: algunos venezolanos estarán ciegos y no se dan cuenta de lo que realmente sucede en Venezuela?; por que los venezolanos nos conformamos con cualquier cosa?; acaso no deseamos avanzar?; que sucede realmente con la cultura en el país?

Quizás muchos ya se han dado cuenta de la situación critica que experimentamos, pero muchos aun siguen ciegos de sus propios miedos.